Kurt Vonnegut nació en Indianápolis en 1922, murió en Nueva York en 2007. Luchó en la II G.M.; fue hecho prisionero. Sufrió en primera persona el criminal bombardeo Dresde, siendo uno de los pocos supervivientes de entre los prisioneros de guerra que en ese momento se encontraban allí y de entre los propios habitantes de la ciudad. Aquella noche hubo más de ciento treinta mil muertos. Esta vivencia, es fácil imaginarlo, influyó directamente en su obra.
¿Qué hora es? Manzanas traigo.
De esta manera, tan estudiada como
airosa, evade Vonnegut un compromiso contraído consigo mismo: escribir una
novela que tratase el bombardeo de Dresde.
«La
gente no debe mirar hacia atrás. Ciertamente, yo no volveré a hacerlo. Ahora
que he terminado mi libro de guerra, prometo que el próximo que escriba será
divertido. Porque éste será un fracaso. Y tiene que serlo a la fuerza, ya que
está escrito por una estatua de sal, empieza así:
Oíd:
Billy Pilgrim ha volado fuera del tiempo…
Y
termina así:
¿Pío-pío-pí?»
Resulta muy refrescante leer a este
autor. Su estilo desenfadado y un desparpajo argumental sorprendente son el
fundamento de la escritura de Vonnegut.
El relato de la historia comienza en
primera persona. El autor es quien narra. Varios lustros después de terminada
la guerra, aún sigue teniendo pendiente la novela que se prometió escribir.
Cuando el lector está hecho a la historia, cuando acepta que se trata de las
vivencias del propio autor, es cuando se transforma en una novela propiamente
dicha, en una novela de fantasía y ciencia ficción, con personajes inventados y
personas reales. El propio autor vuelve a aparecer al estilo Hichtckok, de
pasada. Además hay extraterrestres, con abducciones incluidas y viajes en el tiempo
y un escritor de novelas de ciencia ficción. Hay vejez y decrepitud, soledad y
abandono, desnudez y pobreza. Y sobre todo está Billy Pilgrim, el protagonista.
Único ser capaz de resistir de manera tan estoica aventuras tan insoportables.
¿O tal vez Pilgrim es el reflejo de lo que cualquier ser humano es capaz de
resistir en circunstancias tan hostiles?
«Mira,
Sam, si este libro es tan corto, confuso y discutible, es porque no hay nada
inteligente que decir sobre una matanza. Después de una carnicería sólo queda
gente muerta que nada dice ni nada desea; todo queda silencioso para siempre.
Solamente los pájaros cantan. ¿Y qué dicen los pájaros? Todo lo que se puede
decir sobre una matanza; algo así como ¿Pío-pío-pí?»
Sam es el editor.
La total ausencia de empatía de la
mayoría de acomodados humanos, cuando no la ignorancia más severa, llevan a oír
y leer comentarios y opiniones de lo más infame sobre determinados hechos
históricos. Así pues, intentar plasmar la destrucción más absoluta, producto de
la guerra, puede ser una tarea inútil.
Vonnegut hizo bien. ¿Qué hora es? Manzanas traigo.
Toda una experiencia lectora.
ResponderEliminarHola:
ResponderEliminarLeí este libro hace ya bastantes años, y me résultó curiosa su mezcla de libro antibélico y ciencia-ficción. Me gustó aquello de resaltar que a la guerra acuden principalmente niños.
Este último verano en la antología del relato norteamericano de Richard Ford, había un relato de este autor, y me resultó curioso volver a la mezcla de realismo y futurismo alucinado que plantea.
A ver si me acerco a algún libro más de él.
saludos
Me encantó este autor desde que lo conocí en "Mire al pajarito" agunos cuentos de este libro son geniales.
ResponderEliminarSaludos
¡Ostras! Tú también tienes palabrejas para opinar, yo las llamo atranquijos.