Esta novela va de un señor que,
durante un viaje en tren, cuenta una historia de misterio e intriga, con locos,
espías, cambios de identidad, basura y mierda, mucha mierda. Para colmo, cuando
iba por la mitad de la historia de mierda, ésta (la historia de mierda) comenzó
a sonarme. Me di cuenta de que ya la había leído, aunque no me acuerdo de nada.
Más o menos a esta altura tuve
que salir de viaje al mundo exterior y me resultaba indigesto echar este libro
en la maleta.
Me llevé Carpe diem. Sólo logro comprender que alguien sea capaz de escribir tan bien aceptando como premisa lo que no es más que el “secreto” de la Literatura: don, talento y muchísimo trabajo. Porque quien, al comienzo de una novela, describa físicamente al personaje protagonista y sea capaz de, al mismo tiempo, descubrir para el lector todo su pasado haciendo entender su presente, todo ello de manera imperceptible, mientras se desliza por las páginas iniciales de la historia, es sencillamente alguien tocado por la fortuna; como quien tiene una voz excelente y la trabaja para cantar: don, talento y trabajo. De esta especie es Saul Bellow.
A lo que estamos. Ventajas de viajar en tren: es corta, se encuentra fácilmente en librerías y,
como todos los libros en España, cuesta una cantidad indecente de dinero.
Sentiré un eterno agradecimiento
hacia Antonio Orejudo: hizo que por fin leyera al grandísimo Saul Bellow.
Veo que te ha pasado lo que a mí con ese libro. Demasiada escatología para mis tragaderas. Saludos.
ResponderEliminarNo comparto contigo una opinión tan negativa. A mí me encantó esta novela, aunque creo que las expectativas con que uno se enfrente a ella determinan bastante su valoración. Quiero decir que si esperamos encontrarnos con una novela "al uso", tradicional en cuanto a argumento o estilo, evidentemente, sorprende e impacta (no a todos para bien). Creo sólo que es un ejercicio (brillante) de sarcasmo, humor y desvarío, pero que contiene toda una intencionalidad, no es humor (ni "mierda") gratuito. Detrás de una lectura lineal, hay mucho más, a lo mejor un nivel de metaforización que apunta a otros significados. Sin contar con lo que tiene de parodia del propio género. A mí Orejudo me parece un autor muy notable, pero al que hay que aplicar otros parámetros interpretativos. Me ha ocurrido también con Los inmortales, de Manuel Vilas, que a pesar de tanto dislate y humor absurdo, te atrapa de otra manera, no como lo haría una novela convencional (con esto no quiero decir que Bellow sea convencional, claro, pero es casi otro género narrativo)
ResponderEliminarSaludos
A mi este libro de Orejudo me gustó mucho, sobre todo por su humor, y eso que previamente me había hartado de tanta caca, culo, pedo pis en su novela Fabulosas narraciones por historias.
ResponderEliminarPero bueno, lo que quería agradecerte es que me blogrolearas que es lo que hecho yo inmediatamente en cuanto he visto que leías a Levrero. Saludos, volveré a visitarte
El caso es que me suena tanto "Antonio Orejudo" :-) pero no sé si lo he leído y no t¿engo a mano ningún libro a la altura de Saul Bellow...
ResponderEliminarMe gustan tus "Artículos? ¿entradas?... pues eso.
De una forma parecida descubri el blog "Lector malherido", despues de pedir al Circulo de Lectores "Ventanas de Manhattan" de Antonio Munoz Molina, que me parecio decepcionante y me hizo buscar en internet alguna critica negativa ya que las de El Pais y demas ponian el libro de obra maestra para arriba. Y asi cai en ese blog, donde ponian el libro de vuelta y media.
ResponderEliminar